miércoles, 27 de octubre de 2010

EL HOMBRE QUE OLVIDÓ SU NOMBRE - Portada

Saludos!

Poco a poco nos vamos acercando a la fecha de publicación de El Hombre que olvidó su nombre.

Somos conscientes de que por distintos motivos ( cambio de discográfica, estreno en la paternidad, etc) hemos ido retrasando el momento que todos esperamos. Somos los primeros que nos morimos de ganas por compartir estas canciones tan especiales para nosotros.

La verdad es que por otro lado nos alegramos de que por primera vez estemos haciendo bien las cosas antes de publicar un disco. Hasta ahora siempre nos había pillado el toro en la fecha de publicación y es muy frustrante comprobar cómo mucha gente que desea escucharte ni siquiera se ha enterado de que el disco ya está en la calle. No es que ahora vayamos a tener una promoción previa apabullante, pero al menos quemaremos nuestras bazas en los tempos adecuados.

Es la primera vez que meses antes de su publicación tenemos el disco terminado, el diseño acabado y el videclip listo.

Pronto tendremos la posibilidad de disfrutar del video. De momento os dejo una foto de la portada de este disco que tanto se hace esperar.

Muchas gracias a todos por vuestra paciencia.

Un abrazo fuerte,

Marcos.


miércoles, 20 de octubre de 2010

INTIMIDAD: Nana para Óliver

Si durante el último mes de embarazo le pones repetidamente una canción al bebé, al nacer la reconoce y le tranquiliza. Al menos eso es lo que cuentan. Por eso este verano me puse a componer una nana para cantársela todos los días a mi, entonces, futuro hijo. Encontré la melodía perfecta, entre suave e intensa, y cada noche antes de dormir daba un mini concierto a una gran barriga, convencido de que mi hijo, al nacer, reconocería la canción en una experiencia de encuentro entre padre e hijo cuasimística.

En el momento del parto, justo después de limpiarle, le pusieron sobre el pecho de su mamá. En ese momento se tranquilizó un poco y yo vi claro que era mi momento: el momento de presentarme a mi hijo mediante mi voz. La mamá y el papá habían estado esperando este momento mucho tiempo, seguros de que el bebé, nada más escuchar la melodía en boca de su papacantante, reconocería de inmediato la canción sintiéndose seguro y dando lugar al tan soñado momento místico de reencuentro paternofilial.

Pues bien, en cuanto me hice con el valor de ponerme a cantar en un paritorio delante de todo el personal médico junto a la carita de mi hijo, este me miró frunciendo el ceño y comienzó a berrear como diciendo: “Oh nooooo!, este tipo que me cantaba ultimamente también está aquí fuera, no puede ser!”

Sobra dar detalles sobre la cara que se me quedó. Evidentemente suspendí de inmediato el recital y el bambino se calmó, por fin tranquilo.

Aquí queda este gracioso momento que hasta ahora era solo parte de mi intimidad… Y esperando que seáis un público un poco más benevolente, jeje, os dejo la “Nana para Oliver”.

Marcos


domingo, 10 de octubre de 2010

DIARIO DE EL HOMBRE QUE OLVIDÓ SU NOMBRE Capítulo VI: Asturias (Acme estudios)

Tras siete dias de sesiones de grabación en los estudios Montepríncipe de Madrid, despejamos definitivamente nuestras dudas y pusimos rumbo a Asturias a mediados de febrero de 2010.

Ahora teníamos muy claro que estábamos en el buen camino; las primeras grabaciones ya terminadas, la bases, nos hacían imaginar un muy buen disco. Nunca habíamos sonado así y la conexión personal y musical con Nigel Walker no podía ser mejor. Con él estábamos llegando a lugares musicales hasta ahora desconocidos por nosotros; y lo mejor de todo es que las canciones sonaban mucho a La Sonrisa.

Embriagados por este estado de ánimo solo nos quedaba disfrutar del resto de las sesiones de grabación. El plan fue continuar grabando el disco en un estudio alejado del ruido y de la ciudad, donde poder aislarnos de todo para sumergirnos en el mundo de El Hombre que olvidó su nombre. Y así fue; solo que la inmersión no duró hasta el mes de marzo, como habíamos previsto, sino hasta el 1 de agosto, día en el que terminamos de grabar la última toma de la última canción. Durante esos meses hemos podido disfrutar trabajando como nunca lo habíamos hecho antes: sin prisa.

En Asturias solíamos comenzar las sesiones de trabajo a las diez de la mañana y parábamos para comer en una casa de comida asturiana que colindaba con el estudio. Dormíamos en el mismo estudio en un apartamento situado en el piso de arriba y la buena sintonía con Miguel Herrero, dueño de los estudios Acme, nos permitió a todos llegar más allá de lo que suelen ser las sesiones de estudio “normales”…