miércoles, 20 de octubre de 2010

INTIMIDAD: Nana para Óliver

Si durante el último mes de embarazo le pones repetidamente una canción al bebé, al nacer la reconoce y le tranquiliza. Al menos eso es lo que cuentan. Por eso este verano me puse a componer una nana para cantársela todos los días a mi, entonces, futuro hijo. Encontré la melodía perfecta, entre suave e intensa, y cada noche antes de dormir daba un mini concierto a una gran barriga, convencido de que mi hijo, al nacer, reconocería la canción en una experiencia de encuentro entre padre e hijo cuasimística.

En el momento del parto, justo después de limpiarle, le pusieron sobre el pecho de su mamá. En ese momento se tranquilizó un poco y yo vi claro que era mi momento: el momento de presentarme a mi hijo mediante mi voz. La mamá y el papá habían estado esperando este momento mucho tiempo, seguros de que el bebé, nada más escuchar la melodía en boca de su papacantante, reconocería de inmediato la canción sintiéndose seguro y dando lugar al tan soñado momento místico de reencuentro paternofilial.

Pues bien, en cuanto me hice con el valor de ponerme a cantar en un paritorio delante de todo el personal médico junto a la carita de mi hijo, este me miró frunciendo el ceño y comienzó a berrear como diciendo: “Oh nooooo!, este tipo que me cantaba ultimamente también está aquí fuera, no puede ser!”

Sobra dar detalles sobre la cara que se me quedó. Evidentemente suspendí de inmediato el recital y el bambino se calmó, por fin tranquilo.

Aquí queda este gracioso momento que hasta ahora era solo parte de mi intimidad… Y esperando que seáis un público un poco más benevolente, jeje, os dejo la “Nana para Oliver”.

Marcos


9 comentarios:

  1. Emocionantísimo, Marcos. Enhorabuena.

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  2. Felicidades Marcos y tranquilo nosotros somos más benevolentes y nos encanta tú música.
    Disfruta de esta experiencia porque es única.
    Gracias por compartir este momento.

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  3. ufff, me has puerto la carne de gallina. No sé si conoces el método waldorf... es una pedagogía de origen austriaco.

    En ella se le da importancia al hecho de que los niños en sus primeros meses de vida solo perciben "sanamente" las frecuencias de la escala pentatónica y en base a esto les preparan para el parto tocando el harpa pentatónica, al ladito de la barriga...

    parecido a lo que has hecho tú, pero sin duda tu gesto es mucho más cercano, pero claro no todo el mundo tiene un registro vocal como el tuyo marcos.

    Un saludo y me alegro de que seas así, se empieza a ser buen padre mucho antes de que nazcan.

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  4. Enhorabuena por el nuevo Sonriente. ^_^

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  5. Me has emocionado con esta historia. Has sido mejor padre en el primer segundo de vida de Oliver, de lo que lo ha sido el mio en 25 años. Os doy la enhorabuena por el bebé que habéis tenido. Y tranquilo, seguro que dentro de poco tiempo, tu voz le encantará, como nos gusta a todos nosotros.
    Besos!

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  6. Marcos, Olé! Tranquilo, él la reconocerá más adelante... no puede tener más padrazo... qué ternura de voz, con esa melodía ya puedes cantarle la lista de la compra, que tu tono y tu color amansa a cualquier fiera! gracias por compartirnos todo eso...

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  7. Por si te sirve de consuelo, mi hijo, antes de nacer, escuchaba a todas horas "Luces de Neón" cuando aún era sólo una maqueta colgada en vuestra página web. Luego salió vuestro 3º trabajo y lo pudo disfrutar en mi tripa, en directo, en uno de vuestros conciertos. Al nacer, en sus momentos rebeldes, le ponía vuestras canciones a todo trapo y se calmaba milagrosamente. Para dormir su preferida era "Luces de neón", claro, pero luego fue "El tren". Ahora, con casi dos años, me pide que le cante "Grito"(yo hago lo que puedo)y él acaba las frases. Tu hijo hará lo mismo, estoy segura, y vivirás cada día esos y otros muchos momentos mágicos que llevareis siempre en el alma. No hay nada igual...

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  8. Que bonito Marcos! La maternidad/parternidad es una de las cosas más maravillosas que hay.
    Yo hice lo mismo que tú y casi con el mismo resultado. Me pasé buena parte del embarazo con guitarra en mano, aún con la barriga, cantandole una nana, que no le gusta para nada.
    La música le rechifla pero esa canción en particular la debí gastar antes de tiempo :)
    Ahora escucha conmigo vuestra música.
    Un beso muy fuerte!

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